Lo prometido es deuda. Aquí os dejo impreso parte de mi diario de viaje en el que contaré los pormenores de la experiencia Animacor. Bueno, eso si no me caigo de la silla, porque esta hecha cisco. Es como montar un monociclo.
Domingo, 4 Noviembre. Tras una comida más bien liviana, termino de recoger mis bártulos y los de Caro para meterlos en el coche. Hay que recoger al presi y salir pitando para Córdoba. El festival comienza mañana, pero hay que instalar el software en los ordenadores del aula. Caro vendrá mañana en el AVE, el lunes tiene que ir a una entrevista de trabajo.
Con mi super GPS chachi pirulí apagado la mitad del camino, llegamos a Diputación, junto a la cual están situadas las carpas, donde pasaremos la mayor parte del tiempo mientras dure el festival. El coche lo dejamos aparcado en el área reservada para los alcaldes y tal. Menos mal que traía el coche limpito.
Al entrar en las oficinas nos reciben bastante bien, mientras una señorita nos comenta que si hubiéramos venido antes nos invitaban a comer. No podía ser, yo tenía cosillas que hacer antes de nuestra partida.
Compartimos Carpa con Higashi, de Milímetros. Parece ser que es el fondista del Cubo mágico, una peli muy chula que yo no había visto en mi vida. Sus trabajos son muy buenos, la verdad. El se encargará del “Taller de fondos” mientras nosotros bregamos con los mismos infantes en el taller de “Modelado 3D para videojuegos”.
Instalar el software fue cosa rápida, al salir de la carpa ya teníamos un coche esperando para llevarnos al hotel.
“Entre naranjos” se llama el sitio. Un hotel en plan patio andaluz que a decir verdad, nos encandiló a todos por igual. Nada demasiado grande ni ostentoso, pero como rezaba el letrero en la entrada, si que se trata de un “Hotel con encanto”.
Alejo y yo nos tomamos un par de pizzas en un “Pizza Hut”, para no perder la tradición de comer comida rápida en locales de decoración clónica.
Al día siguiente comienza la primera batalla: Mayúscula fue mi sorpresa al comprobar que los niños y adolescentes entraban en tropel desde primera hora de la mañana, llenando la sala por encima de su capacidad. Debido a la afluencia de zagales y muchach@s, se nos limitan los tiempos de clase a 15 minutos, pasados los cuales, les pasamos el grupo a Higashi para comenzar con el siguiente. Las primeras cámaras hacen aparición. Delante de ellas, el politiqueo obligatorio con los muchachos del taller pululando a su lado.
Como no lo termines te trinco de los wonfis y…
¡¡Uoohhh!!
Terminamos el primer asalto sobre la una y media de la tarde, charlamos un ratillo con las voluntarias, la gente de la oficina… y al buen comer, que es cosa de íberos.
Excelente… Don Periñón del 80.
Tenemos algunos bares concertados para comer, así que vamos juntos todos los que nos encontrábamos trabajando allí. Durante el refrigerio conocemos a más gente interesante. Algunos animadores, fotógrafos… muy majetes todos.
Poco después, aprovechamos el rato que nos queda para hacernos las tarjetas que nos acreditarán como profesionales para no tener ningún tipo de problema.
Durante la tarde tuvo lugar el segundo enfrentamiento, ya bastante más calmado pero no por ello menos intenso. Al disponer de más tiempo para dar las clases, se tratan de dar contenidos más completos. Pasado este tiempo, paso a recoger a mi mujer, que acaba de arribar en Córdoba y le enseño el hotel. Como ya me esperaba, le encanta.
Cenita en nosedonde y a dormir, que mañana tenemos más.
Otra mañana intensa, las visitas nos llegan en grupos de unos cuarenta, así que como siempre, los sentamos de dos en dos. A la salida de cada clase, bolsitas de regalo, parecidas a las que nos dieron a nosotros en el hotel, pero menos chachis y con un gorrito y varita mágica de papel. Se van yendo de la misma forma que llegan, es decir, en perfecto desorden.
Por la tarde, mi mujer y yo conseguimos un hueco para hacer turismo, disfrutar de los baños árabes, ver ese pedazo de conferencia de Juan Zapater sobre “Ghost in the Shell” y disfrutar de “Innocence” en la sala de proyecciones y conferencias.
Durante los siguientes días, nos terminamos de acostumbrar a las clases y a las cámaras, que más de una clase nos interrumpieron para tomarnos declaración e interrogar a los asustados muchachos. Si mal no recuerdo creo que fueron “Canal Sur2”, “La primera”, la misma peña de Animacor con sus propias cámaras -hacen un video con todos los contenidos y eso- y una emisora local de Córdoba.
A estas alturas, también le hemos enseñado las bases del modelado a mi mujer, por lo que con toda la poca vergüenza del mundo, la pongo a echarnos un cable con las clases. Como siempre, se comporta como una campeona, está acostumbrada a estas cosas.
También disfrutamos de una gala de bienvenida donde conocimos al jurado infantil y una estupenda gala de despedida en la que nos pusimos tibios de canapeses, nos hicimos fotillos y conocimos a Myriam -alias “Ali” según mi psique senil-, la “mujer” de Alejo, que se lo pasó de escándalo.
¡Socialicémonos!
El último canapé y a “mimir”.
El Sábado por la mañana, aprovechando nuestra estancia allí y antes de ir a la gala de despedida, también aprovechamos para reunirnos con algunos desarrolladores de Córdoba, que si bien fueron pocos, he de decir que cundieron como muchos más, pues no solo se trataba de gente muy competente, sino que parecían estar bastante interesados en la asociación. Esperamos poder repetir pronto en Córdoba para crear ya un enlace más formal durante un evento preparado a conciencia, con tiempo para hacer publicidad y tal.
Genial la crónica, muy divertida y bastante fiel… excepto por un feo detalle: mi “mujer” se llama Myriam
Ya te contaré como ha ido lo de los Madriles!!
Pero esa era la “otra” ¿no? 😛
Ahora pispo lo cambio, tengo que actualizar un poco mas.